martes, 19 de febrero de 2019

Una voz filosa: la poética de Juan Páez


Presentación de cuando vengas, te cuento de Juan Páez
(Ed. Apóstrofe, Jujuy, 2018)

Tony Zalazar
(07 de setiembre de 2018, Biblioteca Mariño, Corrientes)



“Amor o pérdida” sintetizó un poeta cuando le preguntaron qué es la poesía. “Amor o pérdida” repitió, y dando un elocuente puñetazo sobre la mesa se retiró de escena. Clarito y vibrante quedó el concepto en el auditorio.

cuando vengas, te cuento es un libro de amor y también un libro de pérdida. Es el libro en que Juan reconstruye su vida junto a Jorge, su pareja fallecida que no deja de aparecérsele con la fuerza vital e inmanejable del dolor. El recuerdo del doliente es una voz filosa, obsedida y certera, una voz que dicta oraciones contra el olvido, mientras se aferra a las piernas del presente. Y esta voz sobreviene con la lluvia, en los sueños, con ciertas canciones, y en cada cosa que detone la lágrima o encienda el motor de la memoria. Amar es no resignarse a la pérdida –A (prefijo de negación) Mors (muerte)- es luchar por mantener vivo al ser amado. Amar, más allá de la muerte, es armar y rearmar los juegos, las discusiones, los proyectos, los accidentes, los viajes, las comidas, los cuidados, y cualquier experiencia compartida con el ser amado, porque bajo la luz del amor todo adquiere mayor sentido, o al menos un sentido único y universal.

Juan como poeta y como amante busca palabras delicadas, serenas y sutiles para reconstruir con dignidad la experiencia más patética de la vida, y aunque siente que las palabras después de la muerte carecen de sabor y de calidez, reconoce que escribir es sobrevivir a ese golpe fatal, y esas palabras son la única fuerza capaz de alejar del olvido a su amor, y de curar de alguna manera el propio corazón. Sobreponerse a la conmoción es ponerse a escribir sobre el amor. Y con escenas cotidianas Juan hace presente y abierta la vida vivida. Nos invita a condolernos y a sentir lo frágil de la existencia. En el vertiginoso remolino del tiempo, la poesía de Juan pone pausas para ver lo que queremos. Detalles tiernos, pizquitas de humor, acciones y reacciones divertidas, bellos paisajes y pasajes preciosos, hacen que este libro no sea sólo un lamento, sino también la celebración cabal de una vida bien vivida junto a quien se eligió para latir mejor.

La literatura si no alcanza a proyectar la esperanza, va a lanzar al menos su manto de consuelo. Y la poesía aquí contenida tiene el poder de conjurar el tiempo, de disponer ante los ojos del lector todas las luchas, romances y cuidados de una persona común que le hace frente a los inexorables golpes de la muerte. En cada poema la intimidad se abre -el que ama no se cierra en el egoísmo posesivo, sino que comparte su amor con el resto- y en esta apertura despiertan las emociones que nos hacen humanos, que nos hermanan en los sentimientos y en la búsqueda constante del amor que nos sustente.

La poesía como ya sabemos no es más que amor y pérdida, y la poesía de Juan, en cuando vengas, te cuento, es una promesa que el poeta se encarga de cumplir con la creación de un hogar de papel, donde el silencio se aquieta y se siente cómo una historia inolvidable fluye ojos adentro. Juan nos cuenta su historia de amor y cuenta con nuestros ojos para reunirse amorosamente con Jorge más allá del tiempo, y para luchar contra el olvido, que es la conocida muerte.

© Estefanía Ceballos. cuando vengas, te cuento (Corrientes, 2018)


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