jueves, 19 de abril de 2012

la marea


La fotografía, que pertenece a Luciana Pedicone Le-wing, inspira "la marea". Agradezco a Luciana por permitirme ponerle palabras a una de sus fotografías.

Foto: Luciana Pedicone Le-wing


















la marea 
                                                                        
                                                                         cada cual abrazado 
                                                                         a su propio fantasma
                                                                                        G. Zecchin

su cuerpo es una barca
esta mañana
en la que cada palabra cuesta

la luz sobre la mesa es otra figura ausente
que rechaza los rescates
y desea el naufragio que el pasado le impone

se levanta con la mirada vuelta mares.
De las barcas que observa
envidia lo involuntario de sus movimientos

sus cuerpos cubiertos de lágrimas
aquella mañana 
en la que el rocío también enmoheció la madera

cuelga los prejuicios en las perchas
y deja que su cuerpo-barca se mueva
como las olas del reloj

algo la inquieta mientras cruza el puerto

piensa en las palabras que aún no llegan
justo hoy que las necesita más que nunca

piensa en el barquero Caronte
negándose a transportarlas 
o tirándolas una por una al mar

entonces descubre que todo quedará como antes 
que aquella voz la dejará quieta
como barca sin mar, como cuerpo sin alma
  

Publicado en música para aeropuertos. 2013, Editorial Intravenosa: Jujuy. 

3 comentarios:

  1. uhh este me hace acordar al barco ebrio de Arthur rimbaud !!!!genial

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  2. mi Fer!! qué bueno que te haga recordar a otros textos!! gracias por visitar mi blog! abrazos. Nos debemos unos mates!

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  3. Me encanta la idea de los cuerpos como barcas. Del ir y venir, de ese movimiento en el que el agua -o la vida- te va llevando. Se mueve, se mueve y se va.

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