La mayora de todas
Te voy a contar la historia de cómo se conocieron mis padres en aquellas
épocas. Resulta que mi papá le había conocido primero a la hermana de mi mamá,
a la mayora de todas. Comenzaron a salir y se hicieron noviecitos. En aquella
época, los padres no permitían a sus hijos salir por salir. Las hijas mujeres
tenían que estar en la casa, no iban ni siquiera al baile solas. La única que
sí salía de la casa era mi mamá porque ella iba al colegio. Creo que estaba
cursando el séptimo grado. Su hermana le ocupaba a mi mamá para que le llevara
la cartita a mi papá porque ella tenía que pasar por ese lugar donde mi papá
paraba ¿Por cuál motivo? Porque mi papá venía a comprar algodón. Era chaqueño.
Mi papá compraba algodón en la parte de Yataí, o algo así se llamaba el
pueblito donde ellos estaban. Aquí en Formosa, todos los colonos tenían que
vender su algodón a Resistencia o a Corrientes, ya que solamente ahí existía la
desmotadora donde se descargaban los algodones2 para que después pasen a hacerse los
hilos. Acá no existía aún esa desmotadora, después se hizo una que ahora ya no
existe. Entonces mi mamá le llevaba la cartita a mi papá. Entre cartita viene y
cartita va, mi papá se enamoró de mi mamá. Y bueno, hablaron y mi mamá le dijo
que primero quería terminar la primaria. Ese era el último año que ella
cursaba. Mi papá no tenía problema porque él iba y venía siempre. Dos o tres
veces al mes, él venía a comprar algodón de acá, de Formosa.
Antes era muy difícil que los padres dejaran salir sola a sus hijas
mujeres, no es como ahora que las chicas dicen “Este es mi amigo” y lo llevan a
la casa, antes no, antes esas cosas no existían. Acá no había amigo, no había
nada. Más aún porque mi papá era noviecito de mi tía la mayora, entonces, era
imposible que mi papá fuera a pedir la mano de mi mamá porque se le iba a armar
una rosca a mi padre. En aquel momento ¿qué hizo mi papá? No encontró otra
salida que robarle a mi mamá cuando terminó de cursar. Mi mamá fue a la fiesta
de egresados, igual que ahora, le entregaron la libreta todas esas cosas y mi
papá ya la estaba esperando con el camión cargado.
¿Cómo le hizo pasar el control? Para él fue fácil, le metió entre
las bolsa de los algodones. Le hizo acostarse ahí hasta que pasó el control. Y
cuando pasó el control, le volvió a sacar. De esa manera le robó mi papá a mi
mamá y le llevó al Chaco, en la casa de su hermana y ahí la tenía en una parte
que se llama Bermejo, que es en la orilla del río Bermejo, hermoso lugar donde
nació mi hermano y yo.
Mi tía por supuesto se enteró de eso y lo buscaba un montón. Lo buscó
por tres años maso menos y nunca lo encontró. Ella nunca supo dónde estaban mi
mamá y mi papá, ni dónde vivían, lo único que ella sabía era que era chaqueño.
Lo buscó incansablemente pero nunca lo encontró. Un día llegó al oído de mí
papá que mi tía volvió formar familia con una persona que es su marido y el
papá de sus hijos. Fue el momento justo para traerlo a mi mamá y darle más
tranquilidad a su padre. Ya tenía dos hijos y otro en camino. Ahí terminó el
quebranto de los padres.
Informante: Olga Santucho, 56 años. B°
Villa Lourdes, Formosa capital. Recopiló este relato: Alba Patricia Ayala.
El rapto de Perséfone
[Fragmento]
En aquellos tiempos, Deméter, la hermana de Zeus, era la diosa que se
ocupaba de las cosechas, protegía el trigo y toda planta viviente. Cada año
maduraba el trigo dorado a finales de verano y todo el mundo se sentía
agradecido por la generosidad de la Tierra. Vivía con Perséfone, su única hija,
en la montañosa Sicilia. De repente su vida pacífica y feliz cambió
violentamente. Perséfone, su bella e inteligente hija, había salido a pasear un
día y no volvió. Se hizo de noche y no había ninguna señal de la joven. Deméter
estaba preocupadísima, todos se movilizaron buscándola, pero nada, ¡ni rastro!
Para que la búsqueda no se detuviera, ni de noche ni de día, Deméter encendió
antorchas usando el fuego del volcán Etna. Pero Perséfone seguía sin aparecer.
Deméter, en su aflicción, olvidó la tierra y su vegetación. Se secaron las
cosechas, las plantas y los árboles murieron, la tierra se convirtió en un
erial.
El día de su desaparición, Perséfone había estado por los campos
recogiendo flores. Andaba por ahí cerca un pastor con su rebaño. Él vio lo que
había pasado, pero quién se atrevía a decírselo a Deméter ¡el disgusto que iba
a tener! Aunque tal y como estaban las cosas, no quedaba más remedio que
contárselo. Así que el pastor fue al encuentro de Deméter y le contó lo que
había visto: “De pronto apareció un hombre conduciendo un carro de oro, tirado
por dos caballos negros; agarró a la joven y se alejó tan deprisa como había
venido, hasta desaparecer por una hendidura que se había abierto en la ladera
de la montaña.”
El pastor no había visto el rostro del hombre pero Deméter adivinó de
quién se trataba: era Hades, su hermano, el señor de los Infiernos, quién había
hecho prisionera a su hija. Deméter se irritó mucho contra Hades, pero también
contra Zeus, porque seguro que estaba al corriente y lo había consentido.
Triste y enfadada, continuó sus viajes mientras la Tierra permanecía yerma.
© Juan Páez. Arte de tapa (Formosa, 2019) |
2 La cosecha de algodón
siempre formó parte de la tradición de los pequeños y medianos productores.
Según el periódico La Nación, Formosa se ubicó en febrero del 2003
en tercer lugar entre las provincias con más producción algodonera.
Muchas gracias, Elena!
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