Versión impresa del diario La Mañana. Formosa, Argentina. |
En el artícuto Leer en voz alta, el mejor regalo publicado
en su blog, Ana Garralón sostiene: "La lectura en voz alta, dicen los
expertos, permite a los más jóvenes acceder a lecturas que por sí mismos no
podrían leer pues se trata de textos más complejos y ricos en vocabulario. Al
escuchar se aumenta la comprensión, permitiendo elaborar imágenes mentales de
las escenas, y se facilita la relajación y la concentración."
Juan
Páez ¿Cuándo y cómo nace tu interés por la lectura en voz alta?
Ana
Garralón: Desde hace más de 15 años trabajo en temas relacionados con los libros
infantiles (crítica, promoción de lectura, evaluación, etc.) y me parece que es
una de las actividades más sencillas y efectivas de crear lectores.
JP:
¿En la actualidad, crees que esta práctica ha perdido terreno?
AG: Estoy
preparando un libro sobre el tema y, en cada uno de mis viajes por América
Latina, pregunto a conocidos y amigos: creo que es una práctica muy viva.
Incluso he encontrado adultos que la ejercen: una conocida le lee cada mañana a
su madre enferma; una pareja se lee uno al otro; a una amiga le encanta cuando
su pareja le lee poesía. Por otro lado, en países como Alemania los autores
acostumbran a leer en voz alta sus libros ante grandes auditorios que, por
cierto, han pagado entrada. En algunas casas de cultura hay incluso en la
programación la lectura en voz alta, y durante un semestre, de obras como En busca del tiempo perdido.
JP:
¿Qué importancia tiene la lectura en voz alta en la niñez? ¿Y en la
adolescencia?
AG: Aparte del
vínculo afectivo que genera el acto generoso de leer en voz alta y el no menos
interesante de escuchar, la lectura en voz alta permite conectar con obras cuya
lectura individual sería compleja, y acceder a un corpus literario mucho más
extenso, con todo lo que esto significa: adquisición de vocabulario, figuras
retóricas más complejas, relaciones con la tradición literaria.
JP:
Es raro que en las aulas de niveles como el secundario o el universitario se
realicen lecturas en voz alta. ¿A qué crees que se deba esa ausencia?
AG:
Ocurre
lo mismo que en los hogares: cuando los niños tienen ya diez, once o doce años,
los padres dejan de leerles. Por un lado los niños prefieren la aventura de
leer solos antes de dormir, y por otro, se considera que ya son mayores para
hacer sus propias lecturas. Sin embargo siempre recuerdo el libro de Daniel
Pennac, Como una novela, donde
recuerda la importancia que tuvo en su vida de adolescente aquel loco profesor
que llegaba a clase, vaciaba su mochila y sacaba un libro para leerles.
JP:
¿Qué lugar ocupa en relación a la comprensión lectora?
AG:
Como
ya he dicho: la posibilidad de adquirir un mayor vocabulario y concentrarse en
las figuras retóricas y todo lo que evocan.
JP:
Una novela, un ensayo, un artículo científico, etc. ¿Hay textos que pueden ser
leídos en voz alta y otros que no?
AG: Hay libros que
no son literarios que pueden leerse perfectamente en voz alta: una biografía,
un libro de viajes, un buen ensayo. Para los textos más científicos, siempre
funciona elegir algún pasaje interesante, algún capítulo curioso. En uno de mis
talleres, una madre contó que, influida por lo que habíamos hecho en el taller,
esa noche eligió un libro para leer sobre los dinosaurios. Y nos relató cómo
había sido de fascinante esa lectura para los dos.
JP:
Tuviste la oportunidad de vivir en diferentes países tales como Alemania,
Francia y Chile; este año anduviste por Argentina y Colombia, actualmente vivís
en España ¿Notás diferencias en cuanto a cómo se entiende y la importancia que
le dan, o no, a la lectura en voz alta?
AG: En Alemania,
como ya he comentado, hay una profunda tradición de lectura en voz alta.
Incluso la producción de audiolibros es monumental, lo que da una idea del
interés. En América Latina también encuentro que hay iniciativas muy
especiales, por ejemplo, las Abuelas cuentacuentos y su maravillosa labor.
JP:
¿Qué ejercicios ayudan a mejorar y/o fortalecer esta práctica?
AG: Leer, leer y
leer.
JP:
¿Qué aspectos debe considerar el docente que incluya la lectura en voz alta
como actividad dentro del aula?
AG: Que tenga un
interesante repertorio (los libros malos soportan mal la lectura en voz alta),
que dedique diez minutos al día para esa lectura que puede ser el capítulo de
una novela que se lee a pedacitos, un poema, una nota interesante… Tal vez, si
en la escuela hay sensibilidad por el tema, que los mayores lean a los más
chicos, que vengan abuelos y abuelas a leer. Pequeñas acciones que no cuestan
mucho y tienen gran impacto.1
Foto de nota. |
Sobre
la entrevistada: Ana Garralón
nació en Madrid, en 1965, ciudad en la
que reside actualmente. Es profesora, traductora y crítica literaria. Vivió en Alemania, Chile, Francia y (casi) en
México. Especialista en literatura infantil, ha editado varias antologías de
verso y prosa: El gran libro de la Navidad, Si ves un monte de espumas
y otros poemas: antología de poesía infantil hispanoamericana, Oda a la
bella desnuda) y es asimismo autora de una Historia portátil de la
literatura infantil (2001) y
una introducción a Cervantes: Cervantes. Guía para jóvenes (2005). Colaboró con la Secretaría de Educación Pública de México en el
Programa Nacional de Lectura que se desarrolló desde el 2000 hasta el 2006. En 2014 fue invitada al XIX Foro Internacional
por el Fomento del Libro y la Lectura que se desarrolló en Resistencia, Chaco. Su
blog http://anatarambana.blogspot.com.ar/
1- Entrevista publicada en la Sección Cultural del diario La Mañana. (Formosa). Año: LII Fecha: 2 de noviembre de 2014. Pág. 7.
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