En el número de Primavera de la
Revista Cultura Circo cromático, escribí sobre el diálogo que mantienen poesía y pintura cuando entran en contacto. Aquí comparto un fragmento.
Imagen y poesía:
Luis Pellegrini & Mario Busignani.
Por Juan Páez.
Las conexiones
que surgen entre imagen y poesía se pueden entender en varias direcciones.
Entre ellas, la imagen con el poema. Luis
Pellegrini nació en Capital Federal, estudió en la escuela Nacional de Bellas
Artes y se radicó en Jujuy en 1957. Llegó a ser Director de la Escuela Provincial de Artes
Plásticas. Como pintor es considerado uno de los más cotizados en el noroeste
argentino y se ubica entre los mayores exponentes de la pintura jujeña.
Este
artista realizó unos grabados en madera para ilustran exclusivamente Imágenes para un río, obra de Mario Busignani
compuesto por una serie de sonetos. Este libro fue publicado en San Salvador de
Jujuy con el sello editorial Tarja, en 1960. Allí podemos observar cómo poesía e
imagen se aúnan, y es que los grabados nacen para acompañar los versos de MB. La
juntura de sonetos y grabados complejiza la lectura pues esta ya no se limitará
solo a lo escrito, esta vez, es un acto que invita a la interpretación de ambos
textos para observar, entre sí, sus vinculaciones: es decir que habrá que mirar
eso que una brinda a la otra, eso que una dice de aquella que calla.
Esta
nota la
acompañamos con el grabado con el que se inicia Imágenes
para un río. En él, hay un predominio de las líneas curvas por sobre los trazos
rígidos; esas líneas ondulantes encuentran su eco en el retrato que se realiza,
por ejemplo, del río en ese segundo plano. El cuerpo del niño sobre el de la
mujer que lo sostiene es un cuerpo distendido, de allí las curvaturas. Si
encontramos una tensión, esta aparece en el brazo de ella, como si ese brazo,
en realidad, sostuviera toda la escena. Asimismo, los trazos rígidos aparecen también
en las casas, en la rivera y en las montañas. Es decir, lo vital ondula los
cuerpos, las hojas y las flores, mientras que lo rígido es aquello inanimado. A
continuación transcribimos el soneto I
de Mario Busignani para establecer algunas conexiones con dicha imagen:
Cuando digo tu
nombre, padre río,
mi corazón
renace pez y greda
y en lo más
leve de tu barro queda
henchido por
las zafras del rocío.
Cuando digo tu
nombre, desafío
la eternidad
que en tu corriente rueda,
pampa de luz
que en su trigal enreda
los vastos
aires de tu señorío.
Busco en ti
los confines del dorado
los desiertos
enjambres de la arena,
las sigilosas
danzas chulupíes.
De tu latido y
fuerza enamorado
muerdo en ti
una recóndita colmena
y en azúcar y
polen me deslíes.
El río es una imagen poética
evocada en varios de los sonetos, de allí su presencia en el grabado de
Pellegrini que inaugura el libro de Busignani. El río es el “padre”, el “nombre”
donde la “eternidad” “rueda”. En él, se hayan “los confines del dorado”, “los
desiertos” y “las sigilosas danza chulupiés”, elementos que descubren al sujeto
que mira, siente y enuncia. [Continúa]
*El dibujo que acompaña la nota es de Luis Pellegrini.
Publicado en
la Revista cultural "Circo cromático". Primavera 2013. Jujuy.
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