hablamos detrás de nuestros fantasmas, nos prestan la voz, el aliento.
en el suelo.
navaja sobre la mejilla.
el tironeo y los mordiscones sobre el cuerpo al que no puedo abandonadar
en el asfalto.
al otro día, tus noticias. recostada sobre una camilla, que en ocasiones respira por vos.
el llanto detiene la escritura... cuesta destejer/nos.
las amo con toda el alma y lo saben.
su aliento también se entrecorta. corta el susurro, habrían cortado su rostro.
éramos compañeros de primaria y siempre nos tuvimos. ahora nos tenemos por momentos.
con ellas regreso.
es angustia, dijiste aquella vez y nos abrazamos en el comedor de la casa de mis padres.
ahora que no podes hablar, recupero tus palabras
en cada llanto regresa un secreto develado
el llanto retorna e impide toda escritura.
y el final es abrupto pero necesario.
Córdoba. 2012. |
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